miércoles, 24 de diciembre de 2008

El último adios


El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, presentó el martes sus últimos respetos a la mujer a la que llamó la roca de su familia, la abuela que ayudó a criarlo, antes de lanzar sus cenizas en la costa de Hawái.


"Ella fue la que me enseñó a trabajar duro", dijo Obama ante un estadio lleno en Denver en agosto, cuando aceptó la nominación presidencial del Partido Demócrata. "Ella fue quien dejó de lado la compra de un coche nuevo o de un vestido nuevo para que yo pudiese tener una vida mejor", agregó.


En un mitin electoral el 3 de noviembre, el día después de la muerte de su abuela y en la víspera de la elección presidencial, Obama dio a su abuela un epitafio conmovedor.


"Ella fue uno de esos héroes silenciosos que tenemos en todo Estados Unidos", afirmó.


"No son famosos. Sus nombres no están en los periódicos, pero trabajan duro todos los días. No buscan la fama. Todo lo que quieren es sólo hacer lo correcto", concluyó.


Madelyn Dunham, a quien Obama llamaba "Toot" - un diminutivo de la palabra hawaiana para abuela, tutu -, lo acogió cuando su madre fue a trabajar a Indonesia y le metió en un colegio privado.


Dunham fue una de las mayores influencias en la formación de Obama, pero no vivió para verlo ganar la presidencia. Murió de cáncer a los 86 años, apenas dos días antes de que su nieto ganara las elecciones del 4 de noviembre.


Las exigencias de la campaña presidencial supusieron que Obama no pudo viajar a Hawái para su funeral.

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